La noche oscura del Niño Avilés


Fragmento
“Muy a fe mía que sin el mar nuestro amor hubiese desfallecido. Era el océano testigo solitario de nuestro extravío. Sus ánimos apacibles y fieros reflejaban nuestra loca pasión, todo el dolor y gozo de aquella ruta demasiado ajena al tiempo; pero era tan mudo ese ir y venir de las olas, su estruendo perenne apenas se apiadaba de mi voluntad irresoluta. En aquellos parajes marinos el pasado se desvanecía; sólo gobernaba el presente. Pero el paisaje también era ruta melancólica: camino donde mis deberes diplomáticos se convertían en nostalgia, viaje que nos conducía a ciudad incierta, oscuro porvenir. Yyaloide era tierra sólo de mis ojos...”


Sinopsis
Mi segunda novela recorre el territorio de la primera —el siglo XVIII puertorriqueño— desde una escritura visionaria, densa, quizás excesiva, desproporcionada en lo que toca al equilibrio entre narración y descripción, diálogo y caracterización.

Algunos personajes de La renuncia del héroe Baltasar reaparecen en esta novela, dándole continuidad a una oscura saga de rebeliones esclavas, fundaciones cimarronas, exilios forzados y regresos en caravana al San Juan dieciochesco.

El Renegado es el personaje principal de este libro visionario; la voluntad hacia el extravío del personaje lo lleva a visitar la ciudad utópica, la ciudad histórica y la Arcadia marina junto a la llamada “Reina de África”. Alejandro Juliá Marín, “el poeta de la ciudad”, sigue ocupando los calces de las páginas. La novela también está transitada y atravesada por otro relato, aún más visionario, en que “el arquitecto gafo”, a la manera del Aleijadinho brasileño, ocupa lo que llamó Conrad el corazón de la oscuridad, otra narración soñada, a manera de pesadilla, por la misma novela.

Si La renuncia del héroe Baltasar es una narración de arquitectura conceptista y borgeana, con una pretensión de astucia y falsificaciones irónicas, La noche oscura del Niño Avilés es una novela de grandes amplificaciones barrocas, de una prosa añejada y paródica que intenta revelarnos, mediante su extraño discurrir, el espíritu distante y ajeno de aquella época.

Juan Goytisolo la leyó en manuscrito y escribió la contratapa de la primera edición. Severo Sarduy la comparó con las fundaciones míticas de otro escritor antillano, uno de mis favoritos juveniles, José Lezama Lima.

Fue traducida al francés y publicada por Belfond en 1991.

ERJ


Ediciones:
Río Piedras: Ediciones Huracán, 1984.
Río Piedras: Editorial Cultural / Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1991.
Caracas: Biblioteca Ayacucho, 2002. Prólogo de Rubén González.

Traducciones:
Chronique de la Nouvelle - Venise. Trad. Jean-Marie Saint-Lu. Paris: Éditions Pierre Belfond, 1991.

©® Todos los Derechos Reservados. Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Gurabo, 2019.